Cómo se hace una ilustración en 3D
(ZBrush y Photoshop)
Una ilustración en 3D se hace con unos y ceros, a través de millones de giros de muñeca y clics de ratón que conectan tu imaginación con el ordenador. A no ser que necesites un boceto en papel para fijarte no te hará falta ni siquiera un lápiz. Un dibujo de este tipo no se hace con óleo, ni con acuarelas; no se utilizan pinceles, ceras, rotuladores ni carboncillos; no se pinta sobre elegantes lienzos ni sobre estirados papeles de alto gramaje, y tampoco vamos a necesitar fijarlo una vez terminado.
Para hacer la cubierta de B1TERMAN, sólo tengo que abrir el ordenador y esperar unos segundos a que Santiago me mande por mail el boceto y unas indicaciones generales sobre el tipo de atmósfera que predomina en su novela.
Con el boceto sobre la pantalla del escritorio, abro ZBrush, un programa de modelado que te permite hacer cualquier cosa que puedas imaginar. Desde el menú Tool, selecciono una herramienta llamada Cube y la modifico hasta conseguir una pieza que se parece a una de las doscientas plantas que tendrá el edificio. Con paciencia las voy duplicando y colocando en su lugar, hasta que consigo el efecto que necesito.
Después le añado la nariz que le da apariencia de “1” y encuentro en mi particular almacén de recursos un modelo ya hecho que me sirve de antena. Ajusto el tamaño, le aplico un color y una textura metálica y la sitúo en la perspectiva que marca el boceto. Voy al menú Light, muevo el punto de luz, suavizo las sombras y hago un rénder, que abre Photoshop para poder situarlo sobre una página virtual vacía…
Ya tengo un edificio de los cientos que parece haber en la ciudad. Vuelvo a ZBrush y hago algunas viviendas de menor relevancia, para rodear la base de la torre a modo de barrio, como en las aldeas de los antiguos castillos…
Cuando me canso de modelar, busco edificios ya hechos en mi almacén para reutilizarlos de fondo, los estiro o ensancho, según la apariencia que desee que tenga la ciudad, y hago mezclas con ellos; monto un magnecóptero con varias piezas sueltas y hago un rénder de cada modelo, para volver a Photoshop e incorporarlos a la escena, ajustando el tamaño, la perspectiva y el color.
Montar la ilustración en Photoshop es como jugar con un Lego virtual: puedo mover cualquier elemento, deformarlo, acercarlo o alejarlo. Cuando me canso de jugar, veo que ahora tengo una ciudad que parece de mentira, un montaje estático hecho con piezas de algún Monopoly futurista que no termina de convencer.
Pensando en Frazetta y en Corben le pinto nubes y rayos, añado luces, sombras, cables, humos, contaminación y estelas propulsoras y letras a los vehículos, para que la cosa empiece a tener vida y a parecerse a lo que Santiago me ha metido en la cabeza.
Por último, utilizo la trasparencia y los desenfoques por capas para simular que algunos edificios y naves están más lejos que otros o que se funden con la bruma, ajusto los colores, el brillo y el contraste y…
La ilustración ya está terminada.
La portada.
Un nuevo boceto...
En un futuro más lejano...
Ilustración para la portada de una segunda parte que no se llegó a editar.